El corto siglo XX

La Revolución Rusa


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Fragmentos de CARR, Edward H. "La revolución rusa: De Lenin a Stalin, 1917-1929". 
Aunque la revolución de 1917 tuvo un significado mundial, también estuvo enraizada en condiciones específicamente rusas. La imponente fachada de la autocracia zarista encubría una economía rural estancada, que había hecho pocos avances sustanciales desde la emancipación de los siervos, y un campesinado inquieto y hambriento. Desde la década de 1860 venían actuando grupos terroristas, con estallidos recurrentes de violencia y represión. En este periodo tuvo lugar el nacimiento del movimiento narodnik, al que sucedería más tarde el Partido Socialista Revolucionario, y cuyo mensaje se dirigía a los campesinos. A partir de 1890, la industrialización comenzó a irrumpir de forma importante en la primitiva economía rusa; y el desarrollo de una clase industrial y financiera de influencia y riqueza crecientes, fuertemente dependiente del capital extranjero, potenció la infiltración de algunas ideas liberales occidentales que encontraron su más completa expresión en el Partido Kadete (Demócrata Constitucionalista). Pero este proceso se vio acompañado por el crecimiento de un proletariado de obreros fabriles y por los primeros síntomas de conflictividad proletarias; en la década de 1890 tuvieron lugar las primeras huelgas. Estos cambios se reflejaron en la fundación en 1897 de un partido marxista, el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso, el partido de Lenin, Martov y Plejanov. El malestar latente surgió a la superficie con las frustraciones y humillaciones de la guerra ruso-japonesa.
La revolución rusa de 1905 tuvo un carácter mixto. Fue una revuelta de los liberales y constitucionalistas burgueses contra una autocracia arbitraria y anticuada. Fue una revuelta obrera, desatada por la atrocidad del “domingo sangriento”, y que condujo a la elección del primer soviet de diputados obreros de Petersburgo. Fue una extensa revuelta campesina, espontánea y carente de coordinación, a menudo extremadamente cargada de resentimiento y violencia. Estos tres cabos nunca llegaron a entrelazarse, y la revolución fue fácilmente dominada con el coste de algunas concesiones constitucionales, en buena medida irreales. Los mismos factores inspiraron la revolución de febrero de 1917, pero esta vez reforzados y dominados por el cansancio de la guerra y por el descontento general respecto a la forma en que ésta era dirigida. La abdicación del zar era lo único que podía detener la marea de revueltas. La autocracia fue reemplazada por la proclamación de un Gobierno Provisional basado en la autoridad de la Duma. Pero el carácter híbrido de la revolución se hizo una vez más evidente. Al lado del Gobierno Provisional se reconstituyó el soviet de Petrogrado –la capital había cambiado de nombre en 1914- según el modelo de 1905.
La revolución de febrero de 1917 trajo de vuelta a Petrogrado, desde Siberia y desde el exilio en el exterior, a una multitud de revolucionarios anteriormente proscritos. La mayoría de éstos pertenecían a una de las dos ramas –bolchevique y menchevique- del Partido Obrero Socialdemócrata o al Partido Socialista Revolucionario (SR), y encontraron una plataforma ya dispuesta en el soviet de Petrogrado. El soviet era en cierto sentido un rival del Gobierno Provisional establecido por los partidos constitucionales en la antigua Duma; la expresión “doble poder” fue acuñada para describir esta ambigua situación. Pero la actitud del soviet era mucho menos tajante. El esquema histórico de Marx postulaba dos revoluciones distintas y sucesivas, la burguesa y la socialista. Los miembros del soviet, con pocas excepciones, se contentaban con reconocer en los acontecimientos de febrero la revolución burguesa rusa que establecía un régimen democrático-burgués según el modelo occidental, y posponían la revolución socialista a una fecha futura aún indeterminada. La cooperación con el Gobierno Provisional era la conclusión de este punto de vista, que compartían los dos primeros dirigntes bolcheviques que regresaron a Petrogrado: Kamenev y Stalin. La dramática llegada de Lenin a Petrogrado a comienzos de abril hizo añicos este precario compromiso. Lenin, en un primer momento casi en solitario incluso entre los bolcheviques, atacó la suposición de que el cataclismo que estaba teniendo lugar en Rusia fuera una revolución burguesa y nada más. El desarrollo de la situación después de la revolución de febrero confirmaría el punto de vista de Lenin de que aquello no podía mantenerse dentro de los límites burgueses. Lo que siguió al colapso de la autocracia no fue tanto una bifurcación de la autoridad (el “doble poder”) como una total dispersión de ésta. El sentimiento común a obreros y campesinos, a la vasta mayoría de la población, era de inmenso alivio entre el alejamiento de un íncubo monstruoso, sentimiento que venía acompañado de un profundo deseo de conducir sus propios asuntos a su manera, y de la convicción de que esto era posible, de un modo u otro, y fundamental. Se trataba de un movimiento de masas inspirado por una ola de inmenso entusiasmo y por visiones utópicas de la emancipación de la humanidad de las cadenas de un poder remoto y despótico, y que no estaba interesado en los principios occidentales de democracia parlamentaria y gobierno constitucional proclamados por el Gobierno Provisional. Se rechazaba tácitamente la noción de autoridad centralizada. Por toda Rusia se extendieron los soviets locales de obreros y campesinos. Algunas ciudades y distritos se autoproclamaron repúblicas soviéticas. Los comités obreros de fábrica se atribuyeron el ejercicio exclusivo de la autoridad en su campo. Los campesinos se apoderaron de la tierra y la repartieron entre ellos. Y todo lo demás se eclipsaba ante la demanda de paz, de poner fin a los horrores de una guerra sangrienta y sin sentido (...).
Por tanto, cuando Lenin redefinió el carácter de la revolución en sus famosas “tesis de abril”, su diagnóstico mostraba a la vez agudeza y visión de futuro. Describía lo que había sucedido como una revolución en transición desde su primera etapa, que había dado el poder a la burguesía, a una segunda etapa, que daría el poder a los obreros y a los campesinos pobres”.

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El problema revolucionario que convulsiona Rusia desde los primeros años del siglo XX y que culmina en 1917 es un acontecimiento crucial que marca la historia europea y mundial de nuestro tiempo. El Historiador Británico. E.H Carr quizá  la califica como el acontecimiento más importante del siglo XX, y desde luego podría considerarse de trascendencia comparable a la Revolución Francesa de 1789, punto de partida de todos los procesos políticos contemporáneos. Para Hobsbawm, la Revolución Rusa es el movimiento revolucionario de mayor alcance que ha conocido la historia moderna. 
  Comprender esta Revolución exige remontarse algunos años antes de su fecha clave, 1917, y examinar los problemas estructurales de la Rusia Zarista.


La Situación Previa: Los Problemas de la Rusia de los Zares
   Hacia 1900 Rusia, uno de los países más atrasados de Europa era el mayor Estado del mundo, con 22 millones de Km. cuadrados y entre 125 y 140 millones de habitantes. Desde el punto de vista económico la industrialización es muy débil y se concentra en puntos muy concretos. La agricultura sigue siendo la base de la economía; el atraso se demuestra en el hecho de que la servidumbre ha desaparecido de manera oficial hace tan sólo cuarenta años, a cambio los campesinos deben pagar por la tierra una gran cantidad de dinero al Estado y a los terratenientes. Pero lo más alarmante es su situación política, el zar gobierna de una manera absoluta y no quiere ni oír hablar de constituciones, cualquier intento de oposición es sofocado con la policía o con el ejército zarista. Desde el punto de vista de las nacionalidades Rusia es un inmenso imperio que llega desde Europa hasta el Pacífico y dentro de él conviven un gran número de pueblos distintos, a pesar de los intentos de rusificación de las minorías, muchos pueblos aspiran a su independencia: fineses, polacos, lituanos, estonios, pueblos caucásicos. Comenzaremos por éste último aspecto. 

El problema de las nacionalidades. 
   El  Imperio Ruso se extiende desde la frontera con Alemania hasta el Pacífico y desde el Ártico hasta el Asia Central. En todo este territorio los rusos son mayoría, pero se han extendido a costa de ocupar los territorios de otros pueblos de distinta lengua, religión y raza que se oponen a su dominio. En este inmenso imperio que se extendía por dos continentes convivían más de 150 pueblos, que hablaban múltiples lenguas y profesaban diversas religiones. El núcleo central en torno a Moscú, correspondía al grupo étnico de los “grandes rusos”, configurador de la entidad histórica del Estado, era el de mayores dimensiones 55 millones de hab. (Censo 1897). Los seguían los ucranianos o pequeños rusos con algo más de 22 millones y con censos más reducidos los bielorrusos o rusos blancos, los eslavos bálticos, los polacos, etc. En las regiones periféricas vivían pueblos inmigrados o absorbidos por el proceso de expansión imperial del zarismo, como los rumanos de Besarabia, griegos del mar negro, además de alemanes del Volga medio, demarcación étnica establecida por Catalina La Grande. Mayores problemas de asimilación se planteaban con los musulmanes que poblaron las regiones meridionales europeas y asiáticas y desde el punto de vista social, la integración de los judíos (alrededor de 5 millones según los cálculos censales, muchos más según algunos demógrafos). Para mantener cohesionado este mosaico el zarismo procedió a adoptar medidas de rusificación forzada (se intenta imponer el idioma ruso y la religión ortodoxa), de aquí que varias veces se calificara a Rusia como una “cárcel de pueblos”.


Crisis Económica 

   Desde el punto de vista económico Rusia sigue siendo un país eminentemente agrario, y con una agricultura extensiva, rudimentaria, casi feudal.  En 1861 se produce la liberación de los siervos que hasta entonces eran vendidos casi como esclavos en los mercados. Esta liberación se hizo a cambio de pagar una enorme cantidad de dinero a los señores y al Estado. Aunque la producción agrícola aumenta de 1881 a 1914, (las estadísticas demuestran que se duplicó las superficie dedicada al trigo y la patata entre 1900 y 1910) los capitales sobrantes irán a parar al pago de las deudas que la industria y el ferrocarril tienen con los capitales extranjeros. Además este aumento no repercutía en el consumo popular, que en cambio menguaba en los años de crisis. 
   La estructura industrial del país es muy débil (aunque creció un 40 % entre 1900 y 1910) y se concentra en lugares muy concretos. Se basa en la extracción de carbón, petróleo y hierro en las zonas de Ural, Bakú y Donetz. La industria textil se centra en Moscú, San Petersburgo y algunas poblaciones polacas. Las condiciones de vida de los obreros son durísimas, quizá más que la de los campesinos. El desarrollo del ferrocarril y la construcción del Transcaspiano, Transaraliano y Transiberiano se hará con capitales europeos. Estas líneas ferroviarias van a posibilitar la ocupación de los extensos dominios asiáticos. Entre 1900 y 1904 aumentaron las revueltas campesinas y reiniciaron en los centros urbanos huelgas, que jugarían un papel determinante en la suerte de la revolución. En 1903 doscientos mil obreros se enfrentaron a las compañías petrolíferas en el primer ensayo de movilización popular.

Situación Social. 
Producto de su situación económica, la sociedad rusa era tremendamente desigual. La nobleza tiene un papel destacado en un país absolutista como Rusia, a ella están reservadas casi todos los puestos públicos tanto civiles como militares. Gran parte de la aristocracia rusa vive en la corte pero su poder se apoya en un sólido dominio agrario aún cuando los siervos han obtenido su libertad. 
El clero tiene también una gran importancia en un país eminentemente religioso. A la cabeza de la iglesia ortodoxa está el zar que tiene poderes políticos y religiosos. Los distintos cargos eclesiásticos están nombrados por él, por lo que el clero funciona como una especie de cuerpo de funcionarios pagados por el Estado. Ante las duras condiciones de vida muchos rusos se consuelan con la religión y otros buscan entrar en la Iglesia para acabar con sus penurias. 
En cuanto a las clases medias, básicas en un país desarrollado, se puede decir que en Rusia casi no existen. Debido a la estructura económica no existe casi burguesía y los pocos comerciantes que hay viven casi al día. Esta burguesía va a ser proclive a levantamientos revolucionarios. 
El campesinado constituye cuatro quintas partes de la población, es decir, la inmensa mayoría de los habitantes del imperio. Sus condiciones de vida no han cambiado desde el decreto de liberación de los siervos de 1861 ya que desde entonces deben pagar una suma muy elevada por su libertad y eso frena su desarrollo. Las medidas proteccionistas para favorecer la industria hacen que suban los precios y los campesinos se encuentren indefensos ante esa circunstancia. Ante tal situación la doctrina anarquista se va a propagar muy rápidamente por el campo ruso. 
Los obreros son una minoría en el país, se puede decir que en 1914 eran sólo tres millones. Están sometidos a unas condiciones de vida muy duras: viven hacinados en barracones, sin condiciones sanitarias y con jornadas de hasta dieciséis horas. Por si fuera poco está prohibida cualquier organización obrera o cualquier reunión para discutir sus problemas

La guerra ruso-japonesa de 1904-1905 se convertiría en el detonante de la protesta popular contra el régimen. Este conflicto se produjo por el choque bélico de dos imperios en expansión en Manchuria. Baste decir que las sucesivas derrotas Terrestres y navales, primero de la flota del Pacifico y después la del Báltico, la incapacidad bélica del ejercito Zarista y la insuficiencia de la red ferroviaria para el traslado de tropas y materiales. Tras la derrota al firmarse la paz de Portmouth , arreció la protesta popular. Uno de los revolucionarios más lúcidos, Trotski, anotó la importancia que tendría en el futuro, para derribar al zarismo la explotación de una guerra y una derrota.

Autocracia Política. 
   Aunque la revolución industrial había sido tardía, hacia 1913 Rusia presentaba un mapa económico con varias regiones industriales. Por eso parece sorprendente que en el plano político no hubiera adoptado ninguna medida modernizadora. Era un régimen absoluto, detentado por la autoridad omnímoda del Zar. No existían partidos políticos, elecciones, parlamento, libertad de prensa, ni carta de derechos que pudiera llamarse Constitución. Carente de educación política, Nicolás II respondía con recursos policiales severos ante cualquier demanda popular.

El poder del zar es inmenso, concentra todo tipo de poderes y gobierna por decretos sin contar con ningún parlamento. Su persona es considerada como sagrada ya que reúne atribuciones religiosas importantes, se considera a sí mismo el representante de Dios en la tierra. Además, es el jefe del ejército y con este instrumento y con la policía zarista (okrana) mantiene amordazada a la oposición política que tiene que recurrir a la clandestinidad. Los poderes del zar dependen también de su carácter personal, así Alejandro III que reinó de 1881 a 1894 fortaleció aún más el poder real y gobernó de una manera autoritaria hasta su muerte en un atentado. Su hijo Nicolás II gobernaría hasta 1917 y a pesar de su carácter débil e influenciable, debido a sus consejeros, actuaría de una manera enérgica con la oposición.


 La oposición a la autocracia zarista desde 1901.
Son muchos los partidos y movimientos políticos que van a surgir en Rusia pidiendo una mayor apertura del régimen y solicitando claramente una constitución y un modelo parlamentario de corte europeo, el zar se negará a ceder su poder. Veamos los más importantes. 
1. Los socialrevolucionarios(anarquistas) reúnen a los antiguos nihilistas y a los populistas, son de tendencia anarquista siguiendo la línea de Bakunin. Su objetivo fundamental es destruir el Estado, el protagonismo de la lucha debe ser asumido por los campesinos. Recurren a los atentados terroristas como medio de desestabilizar al poder, ellos fueron los asesinos del zar Alejandro III en 1894. 
2. El partido Constitucional-demócrata (partido liberal ruso). Es un partido que reúne a muchos de los intelectuales rusos, los burgueses son minoría, están representados también los terratenientes medios que participan en los zemtsvos o asambleas locales, los profesionales liberales... En su programa político piden más libertades públicas y, por supuesto, una constitución. Piden además una verdadera reforma agraria ya que la eliminación del feudalismo no ha cambiado nada el panorama agrario. El partido se llama partido Constitucional-demócrata y será conocido también como Kadet por las siglas K.D. (Constitucional-demócrata en ruso). 
3. El partido Socialdemócrata. Es un partido marxista que nace en el Congreso de Minks de 1898. Dan prioridad al problema obrero. En el Congreso de Bruselas y Londres del año 1903 aparecen dos tendencias confirmadas en la Conferencia de Praga de 1912: los mencheviques o minoritarios (por lo menos en aquél momento) que son moderados, partidarios incluso de una alianza con los liberales, formarán el partido socialista; y los bolcheviques o mayoritarios (sólo tuvieron la mayoría al principio) son los extremistas partidarios de las ideas de Marx y de la conquista del poder por los obreros, su líder será Lenín; serán más tarde llamados comunistas. 


El Primer Ensayo: La Revolución de 1905.
La guerra contra Japón revivió algunos fenómenos sociales.
a) El Terrorismo. A lo largo de 1904 se reanudó la actividad terrorista del partido socialista revolucionario.., y como respuesta de la represión gubernamental, piloteada por el ministro del interior Plebe, asesinado a mediados de julio.
b) Se incrementaron las demandas de Apertura Política por parte de los zemstvos, asambleas de distrito.
c) Se multiplicaron las huelgas las de diciembre en Bakú, Moscú y San Petersburgo agravaron la tensión.
El 9 de enero de 1905 “Domingo Rojo”: Marcha pacifica hacia el palacio en demanda de una asamblea constituyente que fue reprimida por la tropa provocando 200 a 300 muertos y miles de heridos.
La protesta contra el Zar adquirió nueva dimensión y una oleada de huelgas sacudió a Rusia. Los ministros aperturistas a la cabeza de Witte, pedían una serie de reformas. En una segunda cadena de huelgas en junio se produjo el episodio de Potemkin, que demostró que el descontento se había extendido a la marinería, aspecto que jugaría un papel táctico de enorme importancia para octubre en la capital.

Tras varios meses de relativa calma, en octubre se produjo otra serie de huelgas; la de los ferrocarriles así paralizó al país y produjo el desabastecimiento de la capital. Estas huelgas eran dirigidas por los comités de obreros, los SOVIETS, a partir de este año el elemento clave para la destitución del Zarismo. Finalmente el 30 de octubre el zar nombró primer ministro al reformista Witte y prometió la convocatoria de una duma, una asamblea por elección popular. Esta concepción dividió a las fuerzas antizaristas y separó a la burguesía de la revolución a pesar de que el edicto imperial no declaraba sus alcances. Pronto se comprobó la insuficiencia del reformismo La duma no llegaría nunca a ser un parlamento de corte occidental. Otro primer ministro reformista Stolypin, inició reformas en el campo, procediendo a los repartos de tierras colectivas de los mir, que no tuvieron otro efecto que reforzar el poder económico de los kulaks, mientras se empobrecían las masas campesinas.
De la revolución de 1905 dedujeron lecciones los principales dirigentes revolucionarios. Trotsky, presidente del SOVIETS de San Petersburgo, comprendió que sería suficiente el control de la capital para derribar el zarismo y que sustentes podían ser los obreros. Lenin anotó los cambios capitalistas del campo, con su fenómeno de empobrecimiento de millones de familias, para postular la alianza entre los obreros y campesinos en que se apoyaría la revolución.
De la alianza de obreros movilizados y campesinos empobrecidos saldrían las mesnadas antizaristas.



La Aportación Teórica de Lenin.
La Revolución Rusa de 1917 no hubiera sido posible o hubiera sido radicalmente diferente sin el aporte teórico de Lenin sobre el pensamiento de Marx. Vladimir Ilich Ulianov había nacido en 1870 en una pequeña aldea a orillas del Volga. Tenía 17 años cuando fue ejecutado uno de sus hermanos por participar en un complot contra el Zar. Este acontecimiento lo convenció de que había pasado el tiempo de las acciones individuales y era preciso recurrir a los movimientos de masas. Durante su época de estudiante en Kazan y San Petersburgo se inicia en el Marxismo y emprende una activa propaganda entre los obreros. En 1900 tiene que abandonar Rusia y moverse entre los grupos emigrados. Su regreso en el año 1917 fue, con casi total seguridad, facilitado por una maniobra Mayor del Estado Alemán, que lo envió con otros dirigentes socialistas en un vagón sellado, para suscitar en el interior de Rusia un movimiento pacifista, del que los socialistas habían sido los abanderados. Durante la guerra escribe dos obras fundamentales”el Imperialismo estadio supremo del capitalismo (1916) y El Estado y la Revolución (1917). Lenin considera que las ideas de Marx se han elaborado en otras circunstancias históricas “No consideramos las teorías de Marx como algo definitivo e intangible” Marx ha conocido el capitalismo en el marco de a primera revolución industrial, en la que los aspectos financieros son poco decisorios frente a los técnicos.

En su libro “El Imperialismo estadio supremo del capitalismo” Lenin estima que el capitalismo ha pasado de la forma industrial a la forma financiera, y de ese modo a la lucha de clases se ha añadido la lucha política entre los Estados (guerra por los mercados, materias primas, colonias, etc.). Formula por lo tanto un planteamiento mundial de las contradicciones del capitalismo. Así modifica ciertos teoremas marxistas. Ya no es la base revolucionaria el proletariado de los países ricos, cuyo nivel de vida les hace abandonar las banderas revolucionarias – a un capitalismo podrido corresponde un socialismo podrido -, sino el proletariado de los países atrasados.
Ha de comenzarse la revolución en un país pobre, que a escala mundial pueda considerarse un país proletario, pero que al mismo tiempo posea cierto grado de industrialización, masas obreras. Explica con este planteamiento la posibilidad de la Revolución en Rusia. Al principio Lenin esperó que se produjera la revolución en Alemania, por la fuerza que había adquirido el socialismo en esta gran potencia industrial, pero luego centró sus esperanzas en Rusia. Esta rusificación, por así decir, de la Revolución social, es la primera aportación de Lenin.

La segunda se ciñe a su estrategia de la revolución. Un proceso revolucionario no es algo fatal - Lenin entiende que se ha exagerado el fatalismo de Marx – sino algo que se prepara, como una guerra; el determinismo cede ante el voluntarismo. Lenin supera a sus maestros del siglo XIX en tres puntos decisivos:

El papel del Partido. Marx y Engels habían hablado del movimiento proletario, en general. Lenin subraya la importancia del partido, “vanguardia del proletariado”, cohesionado con una fuerte disciplina.

El Papel de los Intelectuales. Se había llegado a afirmar en algunos movimientos socialistas europeos que los obreros, sin ayuda, realizarían la revolución. Lenin cree que solo los intelectuales son suficientemente dialécticos para captar las interrupciones de la acción que imponen las circunstancias de lucha social; su aportación es imprescindible.

El papel de los Campesinos. Marx los consideraba ejemplos de embrutecimiento, masas propensas al reaccionismo. Los narodniki (populistas) rusos lo habían, en otro extremo, idealizado; para ellos eran los campesinos la única base revolucionaria. Lenin es menos idealista que los narodniki, pero consideraba necesario su apoyo: El verdadero éxito de la Revolución Rusa comenzará verdaderamente cuando la masa campesina, caminando al unionismo con el proletariado, asuma un papel revolucionario activo,” escribe en 1905.

La Revolución Burguesa: Febrero de 1917
Las penalidades de la guerra y el deficiente abastecimiento de Petrogrado van a derribar al Zarismo en cinco días. El 23 de febrero se inician manifestaciones masivas de mujeres, solicitando “la paz y el pan” con gritos de “abajo la autocracia” Los días siguientes aumentaron las manifestaciones sin que el Zar les de importancia, considerando de que se trata de un movimiento reducido a la capital y que dispone de una guarnición numerosa para restablecer el orden. Los dirigentes zaristas no tienen en cuenta un hecho esencial; las tropas son en gran parte de reciente reclutamiento, poco propensas a ejercer violencia sobre el pueblo en la noche del 26 al 27de febrero los soldados se amotinan y fusilan a los oficiales. Ya de día obreros y soldados confraternizan, se liberan a los prisioneros políticos y se constituyen comités Soviets. Kerenski apoya al soviet de Petrogrado, en su periódico lanza una llamada al país para que todos los ciudadanos rusos “emprendan a lucha contra el zarismo, formen soviets, asuman la gestión de los asuntos locales y reúnan una Asamblea Constituyente”.

Un estallido espontáneo de las masas expresadas por la escasez ha sorprendido a las autoridades zaristas, pero también a los partidos revolucionarios, que no saben reaccionar. Se establece un Gobierno Provisional presidido por el príncipe Lvov, sin el consentimiento de Nicolás II; los socialistas moderados apoyan a este gobierno; Lenin hablará mas tarde de entrega del poder a la burguesía, de una ocasión perdida. En este momento el zar carece de toda autoridad, y es abandonado por el ejército. Se establece un doble gobierno: el provisional, constituido por los diputados de la duma y los soviets, que se afanan en conseguir el control de los centros de comunicaciones y estimulan la aparición de nuevos soviets en otros lugares de Rusia. El gobierno provisional toma tres decisiones:
- Convocar una Asamblea Constituyente
- Conceder una amnistía
- Continuar con la guerra

En el soviet de Petrogrado tienen una fuerte participación los mencheviques, los cuales según el testimonio de Trotski, solo ansiaban en ese momento construir la oposición de la futura Asamblea Constituyente. Los bolcheviques estarán al margen en las primeras semanas, pero esto evitó su desgaste y propició su mayor influencia posterior; antes de la llegada de Lenin se sienten desconcentrados, en una postura blanda, que se limita a presionar sobre el gobierno.

Nicolás II abdica el gran Duque Migue, pero este tras algunos titubeos renuncia, a la expectativa de lo que decida la Asamblea Constituyente. La noticia de la doble abdicación provoca una explosión de alegría en toda Rusia. Oradores improvisados, regreso de exiliados, entusiasmo popular. Millares de cartas, mensajes y telegramas son remitidos al Soviet de Petrogrado a Kerenski y a la duma, escritos que se constituyen en auténticos cuadernos de quejas de la Revolución Rusa. Los obreros piden el programa mínimo de la socialdemocracia: jornada de 8 horas, seguridad en el empleo, formación de comités de fabricas. Las reivindicaciones de los campesinos son más radicales: propiedad de la tierra que trabajan, distribución gratuita de todas las grandes propiedades abandonadas. Los soldados solicitan unánimemente el fin de la guerra, que se conceda una pensión a sus esposas y una indemnización a los heridos y mutilados.
La burguesía que se había adueñado del poder no esta en condiciones de atender toda esta lista de reivindicaciones de obreros, campesinos soldados y los pueblos alógenos que pedían autonomía o la instalación de una república federal.

Según M.Ferro “En febrero el gobierno y los soviets se mantienen en equilibrio: el primero tenía el poder sin la fuerza, el segundo la fuerza sin el poder”

Lenin llega a San Petersburgo el 3 de abril y critica la postura blanda de colaborar con el gobierno, que es defendida por Kaménev. En las “Tesis de Abril” Lenin sostiene la necesidad de pasar a la segunda etapa, el rechazo del gobierno provisional y su decisión de proseguir la guerra. En la conferencia del partido de toda Rusia, triunfa la postura de Lenin y se adopta la consigna “Todo el poder a los Soviets”.

En mayo el gobierno modifica su composición, dando entrada a socialistas que representan a los soviets. En junio el congreso de los soviets, inspirados por los Bolcheviques, da un paso más, no acepta la gestión gubernamental; su comunicado es una declaración de guerra contra el gobierno.



Desde Febrero a octubre la revolución de 1917 no ha sido un movimiento lineal, las crisis de abril, julio, setiembre, lo han acelerado o frenado. Solo los obreros y los soldados participan en la toma del poder en octubre. El fermento han sido los bolcheviques o más exactamente un embrión de estado proletario que se ha radicalizado, bolchevizado por la prosecución de la guerra y por la falta de soluciones del régimen de febrero.

La revolución bolchevique. Octubre de 1917

En setiembre se han enfrentado dos sectores de Rusia. Kornilov representa a millones de de hombres que colocan por encima de todo la defensa nacional; Kerenski a los millones de hombres que están dispuestos a defender la revolución política, ya realizada con el derrocamiento de los zares, contra los enemigos de fuera y de dentro. Lenin representa al tercer sector, decidido a apoderarse del poder para realizar la revolución social. Para comprender su triunfo en octubre es necesario tener en cuenta dos fenómenos:
El nacimiento de un embrión de estado proletario – de hecho – con el hundimiento de las instituciones Zaristas. El llamamiento del soviet de petrogrado en febrero ha cubierto a Rusia de comités y de centenares de sindicatos, se han formado milicias obreras, millones de solados se han emancipado. El soviet de petrogrado se ha convertido en la cabeza indiscutida de esta ebullición nacional.
El apartamiento de la derecha y de su fuerza militar de cualquier relación con el gobierno de Kerinski, a partir, del fracaso y detención de Kornilov. Los batallones cosacos, que consideraban a Kornilov como su caudillo, se niegan a disparar en octubre, por que les es indiferente lo que pueda ocurrirle al gobierno de Kerenski.

Para oponerse a la reacción militar derechista el gobierno provisional ha tenido que llamar a todas las fuerzas populares, incluso los bolcheviques, quienes de esta manera salen de la semiclandestinidad en que se encuentran desde julio. Lenin ve la situación con toda claridad, privado del apoyo del ejército, el gobierno no puede, como en julio reprimir un levantamiento de las fuerzas populares.

El 9 de octubre Lenin llega a Petrogrado y al día siguiente, en una reunión del comité central bolchevique, se decide por 10 votos contra 2 iniciar la insurrección armada. Seis días después se crea en el seno del soviet de petrogrado un comité militar revolucionario, dirigido por Trotski.
La noche del 24 de octubre Lenin se instala en el instituto Smonly, sede del soviet de Petrogrado y del comité central bolchevique para dirigir las operaciones. El 25 de octubre las fuerza bolcheviques entran en acción y ocupan puntos estratégicos de la capital, sin derramamiento de sangre. El acorazado Aurora apunta sus cañones sobre el palacio de Invierno donde esta reunido el gobierno, al que fallan sus resortes militares, no llegan los refuerzos. Kerenski huye y otros miembros del gobierno son detenidos. El soviet de petrogrado y su comité militar revolucionario han organizado una victoria casi incruenta y lanzan un manifiesto la tarde del 25 de octubre.

La revolución se había hecho bajo la consigna todo” el poder a los soviets”, pero realmente no van a ser los soviet los que controlen la situación, sino solamente uno de sus sectores, el más audaz y el más preparado, los bolcheviques.
Todos los testimonios de la época rinden tributo a la energía de Trotski en esos momentos decisivos, pero la estrategia suprema de la revolución había sido dirigida por Lenin; figura indiscutible que preside el primer comité de comisarios del pueblo, en que son nombrados además entre otros Trotski (Asuntos Exteriores), Rikov (interior), Lunachardski (Educación Nacional) y Stalin (comisariado de nacionalidades).


Los problemas del nuevo Gobierno: los primeros decretos.
El Gobierno formado por Lenin estará integrado exclusivamente por bolcheviques que, a partir de ahora, se llamarán comunistas. En el Consejo de Comisarios del pueblonombre que dan al Consejo de ministros, estarán Trotski como comisario de exterior, Stalin como comisario de nacionalidades... Uno de los primeros decretos fue, tal y cómo había prometido Lenin, la salida de Rusia de la I Guerra Mundial para ello se firma una paz provisional con los imperios centrales, esa paz se concretaría más adelante en marzo de 1918. Lenin veía en ello la única posibilidad de que se consolidara la revolución bolchevique en Rusia. 
Sobre la tierra se decreta la anulación de la deuda de los campesinos y el reparto, sin indemnización, de las grandes propiedades. En otro orden de cosas se suprimen títulos y privilegios, todos serán considerados ciudadanos de la República Soviética de Rusia. Desde el punto de vista económico se imponen algunas  medidas marxistas, no todas ya que no se considera el momento propicio, como la nacionalización de los bancos y empresas de más de cinco trabajadores y la anulación de las deudas del Estado –unos 16 millones de rublos-oro esto último conllevará la oposición de Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y Japón que son los países acreedores.
En enero de 1918 se producen elecciones a la Asamblea Constituyente, una promesa del gobierno burgués que Lenin no se ha atrevido a anular. Los resultados dan la mayoría a los socialrevolucionarios, el partido en el que había militado Kerenski, los bolcheviques sólo obtienen 1/5 de los diputados, el primer día la nueva Asamblea anula los decretos del gobierno bolchevique, no le dio tiempo a más, al día siguiente la guardia
roja, brazo armado de los bolcheviques, impiden el paso de los diputados y disuelven la Asamblea, Lenin dirá que los soviets eran más democráticos.
El 3 de marzo de 1918 se firma la paz definitiva en la I Guerra Mundial por el tratado de Brest-Litovsk, Rusia perdía 800.000 kilómetros cuadrados, el 26% de la población y reconocía la independencia de  Polonia, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania y Ucrania.
En julio de 1918 se hace una primera constitución pero no entraría en vigor a causa de la guerra civil y sería sustituida por otra en 1923.

La guerra civil.
Para consolidar la revolución los comunistas tienen que afrontar todavía muchas dificultades y superar la  dura prueba de ganar una guerra civil. La situación seguía siendo terrible, el caos dominaba en lo económico y en lo social y las destrucciones de la guerra habían mermado la débil capacidad productiva del país, en muchos lugares la autarquía económica era la norma y el desabastecimiento de productos básicos lo frecuente. En este clima turbulento va a estallar una guerra civil en Rusia entre los partidarios de los bolcheviques y sus opositores. Por un lado los rusos blancos dirigidos por el barón Wrangel y Denikin
capitalizan a los burgueses, partidarios del zar, terratenientes y descontentos en general. Recibirán el
apoyo testimonial de Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y Japón debido a la supresión de la deuda
exterior que los comunistas no reconocen como propia, también influye el miedo que tienen las potencias occidentales a que el comunismo se extienda por el continente. Los rusos rojos serán dirigidos por Trotski que crea el ejército rojo, dotado de una gran disciplina, capacidad combativa y dirigido por militares eficaces; ante la amenaza exterior Trotski supo crear un verdadero ejército popular, esta será la clave de su éxito. Un hecho importante fue el asesinato en Ekaterinburgo del zar Nicolás II y su familia en la noche del 16 al 17 de julio de 1918. 
La victoria llegó en 1921 y supuso en lo internacional el aislamiento del régimen comunista, Rusia, además, quedaba rodeada de países hostiles: los antiguos territorios rusos que han obtenido su independencia.

El comunismo de guerra.
a) Un rígido control de la economía.
La situación excepcional de la guerra civil llevó a los comunistas a imponer lo que se llamó el comunismo de guerra que significaba un fuerte control de la economía por parte del Estado con el objetivo de ganar la guerra. Se necesitaba abastecer rápidamente al ejército y alimentar a la población civil, por eso se recurre a la nacionalización de la industria y a orientarla hacia la producción de armas. Se prohíbe, además, el  comercio privado. En la agricultura el Estado ejerce un fuerte control sobre la producción y llega a conseguir el monopolio en la producción de trigo y a requisar a los campesinos los excedentes; son frecuentes también la colectivización de tierras y una cierta planificación de la economía.
Desde el punto de vista político el comunismo de guerra dirigió una oleada de terror sobre los  socialrevolucionarios y opositores en general a través de la Tcheka o policía política y los comandos  obreros.
b) Un balance negativo.
Como balance podemos decir que el férreo control de la agricultura y la industria ayudó a ganar la guerra pero fue un fracaso desde el punto de vista económico tanto en el campo como en la industria. En general el resultado de estas medidas ocasionaron un fuerte descenso de la producción, una subida espectacular de los precios, el desorden, el hambre y el deterioro de la moneda. A esto habría que añadir que el comercio se había reducido a cero y que no existían prácticamente intercambios. Por si fuera poco en el año 1921 una fuerte sequía deja dos millones de muertos.

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