El corto siglo XX

La evolución del Bloque Capitalista durante la Guerra Fría


Musicaliza esta página: Bruce Springsteen, "Born in the USA" (Nacido en EEUU)




De “la edad de oro” al “derrumbamiento”

Evolución Económica del Mundo Capitalista

Los efectos de la segunda guerra mundial.
     La segunda guerra mundial ocasionó alrededor de 55 millones de muertos, reducción de la producción industrial a la mitad, retroceso de la actividad agraria y desaparición de los intercambios comerciales. Por el contrario E.E.U.U. salió fortalecido y pudo superar las últimas secuelas de la crisis de la Gran Depresión. Las primeras medidas económicas de la posguerra se tomaron antes del fin de la contienda. En 1944, los aliados occidentales se reunieron en la localidad norteamericana de Bretón Woods y acordaron establecer un sistema monetario internacional basado en el dólar. La Constitución del Fondo Monetario Internacional (FMI) para garantizar un comercio libre y mantener el valor de las monedas yla creación del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (BIRD), para facilitar créditos a los países que lo necesitasen. Los norteamericanos consolidaron su dominio económico sobre el mundo occidental gracias a su destacada presencia en estas dos instituciones y al uso del dólar como moneda de intercambio.
     Entre 1945 y 1948, los EE.UU. efectuaron una primera ayuda a la Europa destruida por la guerra a través de la administración de las Naciones Unidas para el socorro y la Ayuda (UNRRA) que consistió en el envío de excedentes agrícolas y préstamos por valor de 16 millones de dólares que, sin embargo, resultaron insuficientes. Ante las urgentes necesidades de los países de Europa occidental y, para frenar el avance del comunismo y consolidar su preponderancia, el presidente Truman aprobó el Plan de Reconstrucción Europea o Plan Marshall. Entre 1948 y 1952 llegaron a dieciséis países europeos casi 13.000 millones de dólares, la mayoría a fondo perdido, y se creó la Organización Europea de Cooperación Económica para coordinar y hacer más eficaces esas ayudas.
     El éxito del Plan Marshall fue esencial para la reconstrucción de Europa tras la guerra y en pocos años su productividad alcanzó niveles, en algunos países, el cien por cien de antes de la guerra. El sistema liberal capitalista se consolidó en Europa occidental siempre bajo la vigilancia de los Estados Unidos, lo que impidió la expansión del comunismo en Europa.

Por suerte para los aliados de los norteamericanos, la situación de la Europa occidental en 1946-1947 parecía tan tensa que Washington creyó que el desarrollo de una economía europea fuerte, y algo más tarde de una economía japonesa fuerte, era la prioridad más urgente y, en consecuencia, los Estados Unidos lanzaron en junio de 1947 el plan Marshall, un proyecto colosal para la recuperación de Europa. A diferencia de las ayudas anteriores, que formaban parte de una diplomacia económica agresiva, el plan Marshall adoptó la forma de transferencias a fondo perdido más que de créditos. Una vez más fue una suerte para los aliados que los planes norteamericanos para una economía mundial de libre comercio, libre convertibilidad de las monedas y mercados libres en una posguerra dominada por ellos, carecieran totalmente de realismo, aunque sólo fuese porque las tremendas dificultades de pago de Europa y Japón, sedientos de los tan escasos dólares, significaban que no había perspectivas inmediatas de liberalización del comercio y de los pagos...”
...a diferencia de las Naciones Unidas, el sistema internacional de comercio y de pagos funcionó, aunque no de la forma prevista en principio. En la práctica, la edad de oro fue la época de libre comercio, libertad de movimiento de capitales y estabilidad cambiaría que tenían en mente los planificadores durante la guerra. No cabe duda de que ello se debió sobre todo al abrumador dominio económico de los Estados Unidos y del dólar, que funcionó aún más eficazmente como estabilizador gracias a que estaba vinculado a una cantidad concreta de oro hasta que el sistema se vino abajo a finales de los sesenta y principios de los setenta. Hay que tener siempre presente que en 1950 los Estados Unidos poseían por sí solos alrededor del 60 por 100 de las existencias de capital de todos los países capitalistas avanzados, generaban alrededor del 60 por 100 de toda la producción de los mismos, e incluso en el momento culminante de la edad de oro (1970) seguían teniendo más del 50 por 100 de las existencias de capital de todos esos países y casi la mitad de su producto total...” (Hobsbawm,“Historia del Siglo XX”)

El crecimiento económico ininterrumpido: la recuperación.

El éxito del Plan Marshall propició una larga etapa de crecimiento económico desde 1952 hasta la crisis del petróleo de 1973.

a) Estados Unidos.
En Estados Unidos esos años se caracterizaron por el progreso técnico, el empuje comercial por la generalización del dólar como moneda de cambio internacional y el fuerte desarrollo empresarial, que convirtió en multinacionales a muchas empresas estadounidenses. Los altos índices de crecimiento de la inmediata posguerra se redujeron bajo la Administración Eisenhower -1953-1960- por la saturación del mercado interior y, como consecuencia, aumentó el paro. La actividad económica se reactivó entre 1961 y 1968 por el crecimiento del consumo y un mayor intervencionismo de las Administraciones demócratas de Kennedy y Johnson, que introdujeron importantes medidas sociales para favorecer a los más desprotegidos. A finales de los sesenta reapareció el paro, aumentó la inflación y creció el déficit en la balanza de pagos.

b) Europa occidental
Europa occidental experimentó un notable desarrollo económico, gracias a la ayuda norteamericana y a la aplicación de los principios keynesianos de aumento de la producción y del consumo y del intervencionismo estatal. Ello posibilitó la aparición del Estado del bienestar. La República Federal de Alemania se convirtió en pocos años en la primera primera potencia económica del continente. El llamado “milagro alemán” se hizo realidad durante los mandatos de los cancilleres cristiano-demócratas3 Konrad Adenauer y Ludwig Erhard. A la importante inversión norteamericana se añadió el tradicional espíritu de trabajo y sacrificio de los alemanes, los acuerdos entre la patronal y los trabajadores y la intervención del Estado en materias sociales, consagrada por la Ley Fundamental de Bonn o Constitución de 1947.
En Francia, se impuso la nacionalización de empresas y la planificación indicativa entre 1947 y 1972.
En el Reino Unido, los primeros gobiernos laboristas impulsaron el sector estatal y una amplia política social, que se frenó bajo los mandatos conservadores entre 1951 y 1964 y se reactivó con la vuelta de los laboristas en 1964. El Reino Unido fue el país más inestable de Europa, desde el punto de vista económico, y sus niveles de crecimiento resultaron inferiores a los demás. La causa se debió a la pérdida de sus colonias y la falta de renovación tecnológica de sus empresas. En 1964 el primer ministro laborista, Harold Wilson, se vio obligado a devaluar la libra esterlina.

c) Japón
El otro gran derrotado en la segunda guerra mundial conoció un crecimiento económico espectacular desde 1950. La explicación de este “milagro japonés”, se debió a la creación de grandes grupos empresariales con apoyo norteamericano, a la profunda renovación tecnológica, a la
abundante mano de obra -bien cualificada y disciplinada-; a la ausencia de gastos militares y al mantenimiento de una moneda de baja cotización para favorecer las exportaciones. Entre 1950 y 1966 tuvo el mayor índice de crecimiento mundial y su PIB se multiplicó por 10. Entre 1960 y 1970 duplicó la producción industrial.

Sociedad de consumo y Estado del bienestar: los años 60.
    La aparición de la sociedad de consumo fue la principal consecuencia del crecimiento económico en el mundo capitalista tras la segunda guerra mundial. La estructura económica de estos países, con predominio de grandes empresas, hizo posible que se elevaran los índices de productividad y aumentase la necesidad de mano de obra. Esto alivió el paro y permitió alzas salariales que posibilitaron un incremento en el nivel de demanda de productos, que ni siquiera contuvo el alza de precios. El consumo se convirtió en el objetivo de todos, tanto de bienes duraderos, como la vivienda, los automóviles o los electrodomésticos -gracias a los créditos y a la venta a plazos- como de servicios y del ocio.
    El Estado del bienestar aumentó los impuestos pero a cambio redistribuyó mejor las rentas y asumió gastos sociales que antes dependían del ahorro individual, con lo que buena parte del mismo se dedicó al consumo. El elevado consumo provocó importantes transformaciones sociales. Se consolidó una numerosa clase media, en la que la mujer se incorporó al trabajo y los hijos tuvieron la opción de acceder a estudios superiores. Aumentó el número de trabajadores en el sector serviciospor la terciarización de la economía. Apareció una nueva elite social constituida por los directivos de las empresas, los técnicos de alto nivel, etc. Y, con todo, surgió un nuevo tipo de vida y una mentalidad conformista en la que primaba la búsqueda de la felicidad a través de un consumo cada vez más sacralizado.
    A mediados de los años sesenta surgió en las universidades europeas y norteamericanas un movimiento de crítica contra el modelo de aparente bienestar basado en el consumo. En París la agitación estudiantil generó en 1968 una protesta de gran envergadura, con manifestaciones y huelgas- contra la sociedad materialista y conformista, conocida como el "mayo francés". Esta actitud unida a las acciones de rebeldía contra la guerra de Vietnam, el movimiento de los hippies o la aparición de nuevas tendencias en los campos de la filosofía -H. Marcuse-, la música -los Beatles- la moda -la minifalda- etc. pusieron en evidencia el rechazo a las fórmulas de la sociedad consumista y apuntó la idea de que el bienestar material no era sinónimo de felicidad.

   "Una de las razones por las que la edad de oro fue oro es que el precio medio del barril de crudo saudí era inferior a los dos dólares a lo largo de todo el período que va de 1950 a 1973, haciendo así que la energía fuese ridículamente barata y continuara abaratándose constantemente. Sólo después de 1973, cuando el cártel de productores de petróleo, la OPEP, decidió por fin cobrar lo que el mercado estuviese dispuesto a pagar"

   "Al principio este asombroso estallido económico parecía no ser más que una versión gigantesca de lo que había sucedido antes; como una especie de universalización de la situación de los Estados Unidos antes de 1945, con la adopción de este país como modelo de la sociedad capitalista industrial. Y, en cierta medida, así fue. La era del automóvil hacía tiempo que había llegado a Norteamérica, pero después de la guerra llegó a Europa, y luego, a escala más modesta, al mundo socialista y a la clase media latinoamericana, mientras que la baratura de los combustibles hizo del camión y el autobús los principales medios de transporte en la  mayor parte del planeta...El modelo de producción en masa de Henry Ford se difundió por las nuevas industrias automovilísticas del mundo, mientras que en los Estados Unidos los principios de Ford se aplicaron a nuevas formas de producción, desde casas a comidas-basura (McDonald's es un éxito de posguerra). Bienes y servicios hasta entonces restringidos a minorías se pensaban ahora para un mercado de
masas, como sucedió con el turismo masivo a playas soleadas. Antes de la guerra jamás habían viajado más de 150. 000 norteamericanos a Centroamérica y al Caribe en un año, pero entre 1950 y 1970 la cifra creció de 300. 000 a 7 millones...Lo que en otro tiempo había sido un lujo se convirtió en un indicador de bienestar habitual, por lo menos en los países ricos: neveras, lavadoras, teléfonos... En resumen, ahora al ciudadano medio de esos países le era posible vivir como sólo los muy ricos habían vivido en tiempos de sus padres, con la natural diferencia de que la mecanización había sustituido a los sirviente"


   "Sin embargo, lo más notable de esta época es hasta qué punto el motor aparente de la expansión económica fue la revolución tecnológica. En este sentido, no sólo contribuyó a la multiplicación de los productos de antes, mejorados, sino a la de productos desconocidos, incluidos muchos que prácticamente nadie se imaginaba siquiera antes de la guerra. Algunos productos revolucionarios, como los materiales sintéticos conocidos como «plásticos», habían sido desarrollados en el período de entreguerras o incluso habían llegado a ser producidos comercialmente, como el nylon (1935), el poliéster y el polietileno. Otros, como la televisión y los magnetófonos, apenas acababan de salir de su fase experimental. La guerra, con su demanda de alta tecnología, preparó una serie de procesos revolucionarios luego adaptados al uso civil... ! (Hobsbawm, "Historia del siglo XX")


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El “Derrumbamiento”

La crisis de 1973.
La pérdida de competitividad de las empresas norteamericanas en el mundo, debido al acelerado desarrollo de la industria europea y japonesa, había llevado a Estados Unidos a adquirir cada vez más productos baratos en el exterior. El déficit exterior norteamericano aumentó, por lo que, para hacer sus productos más competitivos y favorecer las exportaciones, en 1971 el presidente Nixon se vio obligado a devaluar el dólar y anular su convertibilidad6 en oro. Esto supuso un cambio en los tradicionales intercambios comerciales basados en el dólar convertible.
En 1973 corno consecuencia de la "guerra del Yom Kippur”, los países árabes limitaron su producción de petróleo y aumentaron sus precios en represalia por la ayuda occidental a Israel. Muchos países, con economías basadas en los bajos precios del petróleo y sin otras fuentes de energía alternativas, se vieron afectados. Las áreas más perjudicadas fueron Europa occidental y Japón que carecían casi por completo del “oro negro”. La coincidencia de la crisis monetaria y la del petróleo provocó un retroceso generalizado en la economía occidental. Los efectos más inmediatos fueron la quiebra de numerosas empresas, el aumento del paro, el crecimiento de la inflación, la aparición de nuevas fórmulas corno la economía sumergida 7y la sensación de fracaso del Estado del bienestar.

La economía occidental desde 1982.
Para buscar soluciones a la crisis se propusieron fórmulas basadas en el modelo keynesiano que generaron una mayor inflación. A principios de los años ochenta el neoliberalismo, modelo económico propugnado por la Escuela de Chicago8, fue aplicado por una nueva generación de políticos, de ideología conservadora, como Ronald Reagan en Estados Unidos. Margaret Thatcher en el Reino Unido o Helmut Kohl en la República Federal de Alemania. Las principales propuestas del neoliberalismo fueron:

Aligerar el gasto público por medio de la privatización de empresas y la reducción de gastos sociales. El descenso del gasto público se traduciría en una bajada de impuestos que aumentaría la competitividad y rentabilidad de las empresas y la capacidad de ahorro.
Reconvertir sectores no rentables, por la necesaria adaptación empresarial a la revolución tecnológica que se estaba produciendo. Ello supondría el cierre de empresas de tecnología anticuada y la reducción de la mano de obra.
Contener salarios y liberalizar el empleo para favorecer las inversiones empresariales y combatir
el paro.

La aplicación del neoliberalismo -sobre todo en Estados Unidos y Reino Unido- propició el crecimiento global de la actividad productiva, el alza del consumo y el freno de la escalada inflacionista. El principal efecto negativo fue el abandono de los gastos sociales, lo que contribuyó a aumentar los índices de pobreza en los países más ricos. Finalmente, no se produjo la esperada recuperación del empleo y las tasas de paro elevadas o la economía sumergida comenzaron a convertirse en fenómenos estructurales de las economías desarrolladas. 

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